Resulta complicado comentar acerca de esta densa (posiblemente el adjetivo más utilizado para ella) película. Pero esta afirmación no es porque sea pesada y confusa, al contrario Cronenberg ha realizado uno de sus mejores trabajos, una película descomunal, tremendamente arriesgada, no apta para todos los públicos, y que sorprendentemente (por lo menos para mí) no esta cosechando grandes críticas, al contrario, más bien todas negativas.
Y es que la película de este genial director requiere un visionado especial. Basada en una novela de Don DeLillo, que no he leído, es una de las visiones más fascinantes de nuestro caótico e irremediable mundo que nos toca vivir.
El creador de la "nueva carne" se vuelve a reinventar para ofrecernos otro de sus relatos sobre la deshumanización. En ella podemos apreciar una incomunicación brutal. Nos muestra el estado tan crítico que tenemos y sobre todo una FALTA DE AMOR, así en mayúsculas, alarmante.
Unos asuntos muy serios, que en la película se nos ofrecen descarnados, duros, secos, sin concesiones, para tomárnoslos muy en cuenta.
Si la historia es poderosa, Cronenberg nos la muestra todavía más inquietante con esa forma de rodar tan especial que posee. Ya desde el primer momento, asistimos a unos movimientos de cámara elegantes, tranquilos, que nos transportan cual limusina (por cierto, tremendos los planos aumentados de ese espacio vital para el protagonista) por toda la ciudad, para encontrarnos todo tipo de personajes a cual más peculiar e interesante. También en esa primera escena es donde nos atrapa. Ese corto diálogo acerca del Presidente es tremendo. "¿Qué Presidente?", pregunta nuestro protagonista...
Y como en sus anteriores trabajos, seguramente iniciados por otra de sus Obras Maestras como "Videodrome" (1983), el personaje principal sufre una mutación. Pero en este caso no es una deformidad física de su cuerpo, es algo más, es su propia vida. Su existencia toma un giro radical para mostrarnos los desechos de los que estamos formados.
Plagada de inolvidables diálogos, densos (otra vez), inquietantes, preocupantes, que hacen que en una sola visión no se abarque la grandiosidad de esta obra. La he visto hace dos días, y la quiero volver a ver ya.
Importante son los actores. Cronenberg es un estupendo director de actores.
Otra de las apuestas más arriesgadas es su actor protagonista. Tenía mis serias y razonables dudas. Robert Pattinson, un actor de moda sobre todo entre las adolescentes, está impecable. A él se unen unos "secundarios" espléndidos, en donde destacan una soberbia Samantha Morton (uno de los mejores personajes), terrible su discurso; o un magistral encargado de seguridad, Kevin Durand, hasta desembocar en el gran Paul Giamatti y su diálogo final.
Otra de las apuestas más arriesgadas es su actor protagonista. Tenía mis serias y razonables dudas. Robert Pattinson, un actor de moda sobre todo entre las adolescentes, está impecable. A él se unen unos "secundarios" espléndidos, en donde destacan una soberbia Samantha Morton (uno de los mejores personajes), terrible su discurso; o un magistral encargado de seguridad, Kevin Durand, hasta desembocar en el gran Paul Giamatti y su diálogo final.
"Nos morimos cada día"
"Destruye el pasado, crea el futuro"
Cronenberg, como gran narrador de lo erótico y sexual, no hay que olvidar otra película magistral como "Crash"(1996), o la tremenda escena entre Viggo Mortensen y Maria Bello de la gran "Una historia de violencia" (2005), nos regala una de las escenas eróticas más insólitas que he visto en los últimos años. Nuestro protagonista a "cuatro patas", un doctor... proctólogo, una botella de agua entre las piernas de una chica repleta de sudor.... tremenda.
Economía, capitalismo, todo se derrumba bajo el frío bisturí del genio canadiense.
Espléndida es la música de Howard Shore, un colaborador habitual del director. Shore realiza una gran banda sonora, un acompañante de lujo para este viaje tan fascinante, casi rozando la ciencia ficción, pero que desgraciadamente es tan real como el día a día que vivimos.
Todo está calculado en "Cosmopolis", Cronenberg no deja cabo suelto. Desde sus primeros compases, en donde aparece el estupendo pintor Jackson Pollock , hasta su final en los títulos de crédito, con una aproximación genial al gran pintor del expresionismo abstracto Mark Rothko, el cual ya le habíamos oído nombrar en otro de sus diálogos.
Un viaje desde el capitalismo y la más novedosa tecnología, hasta la búsqueda de la ansiada condición humana, que solo se puede encontrar en los desechos de nuestra sociedad.
"Cosmopolis" es una película exigente con el espectador, turbadora, fascinante, una lección de gran cine, un trabajo muy importante que se debería tener muy en cuenta, de uno de los mejores directores de los últimos años. El señor Cronenberg los tiene bien puestos.
"El tiempo es una cosa que cada vez escasea más"
"La vida es demasiada contemporánea"
Lo mejor: Que haya directores que hagan películas así.
Lo peor:Tal vez Juliette Binoche, algo desaprovechada.
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Mark Rothko |
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Mark Rothko |