Sirva esta pequeña entrada para homenajear a aquellas sesiones de programas dobles que tantos ratos tan maravillosos nos hicieron pasar.
Eran los finales de los setenta, principios de los ochenta, y asistíamos al cine con la mayor de las ilusiones, con la inocencia de la niñez. Allí nos empapábamos de todas las películas que nos ofrecían aquellos inolvidables Cines de Barrio. En concreto y en mi caso, mi querido y desaparecido Cine Babón.
Aquel mítico slogan.. "En continua desde las 4". Oh! Entrabamos y veíamos aquellas películas varias veces, incluso se podía entrar en cualquier momento, viendo el final y luego el principio, una maravillosa locura.
El caso es que ayer volví a ver una de aquellas míticas películas, de las que más recuerdo. La tengo marcada a rojo y fuego en mi memoria.
La recordaba mucho más violenta de lo que es, el caso es que hoy vista se ha quedado como una entretenidísima película llena de buenos momentos, una de las preferidas de Quentin Tarantino o incluso de ¡Martin Scorsese!
Con todos ustedes .... "El Último Tren a Katanga" (Dark of the Sun - The Mercenaries. 1968)
Es difícil comentar una película sin dejarse llevar por esta añorada nostalgia, pero el caso es que esta película está francamente muy bien.
Se podría englobar dentro aquel boom de películas bélicas de los finales de los sesenta como "Doce del patíbulo (Robert Aldrich. 1967)", "La brigada del diablo (Andrew V. McLaglen. 1967)" o "El desafío de las águilas" (Brian G. Hutton. 1969), entre otras. Pero el caso es, que la película de Jack Cardiff, se desmarca claramente del resto. No es un relato convencional, en ella podemos encontrar una película más dramática de lo habitual, una especie de descenso a los infiernos, al más puro Corazón de las Tinieblas de Conrad, una sobrecogedora mirada a la barbarie del ser humano.
El título original, el magnífico "Dark of the Sun" es muy apropiado para esta película dura, áspera y sin concesiones, repleta de estupendos diálogos.
La historia
Un grupo de mercenarios liderados por Curry (Rod Taylor) y con la compañía de su inseparable Rufo (Jim Brown), son contratados por el Presidente de la República del Congo Belga, en plena guerra civil, para rescatar a las personas de una aldea situada en pleno territorio rebelde. Pero en realidad, el verdadero interés es traer una caja fuerte llena de diamantes. Para ello utilizarán un tren cruzando la peligrosa selva...
Basada en una novela del escritor africano Wilbur Smith la acción de la película está situada en la República del Congo.
En este contexto brillan con luz propia dos hombres, el mercenario blanco, un profesional que también se preocupa de los suyos (no como las fuerzas de las Naciones Unidas, buena crítica la que vemos), y un nativo de allí, un idealista congoleño que cree en la recuperación de su país.
Sin olvidarnos de otros personajes como el de un oficial nazi (Peter Karsten), tan delirante como malvado, y del médico y héroe borrachín (Kenneth More), capaz de vender su vida por una caja de este licor o por salvar una vida humana.
Malditos Bastardos
En un momento de la película uno de los intérpretes pronuncia esta frase. ¿Os suena verdad? Tarantino tomó buena nota, incluso dicen que durante el rodaje de su película homónima la proyectaba muchos días a los miembros del rodaje.
Mercenarios, negros nativos, nazis, médicos borrachos de buen corazón, curas, francesas en medio de la selva (Yvette Mimieuax, que por cierto su presencia es más bien testimonial aportando poco a la historia), sangrientos asesinos rebeldes, etc. Todo cabe en esta película.
Me gusta mucho como están construidos los personajes. Son muchos los momentos en donde los fantásticos diálogos se convierten en protagonistas, convirtiéndose estos un un discurso demoledor.
Las escenas entre el cínico Rod Taylor y su amigo, Jim Brown, son estupendas. El papel reflexivo de Brown es clave en la película. Aquel diálogo reivindicativo al derecho a vivir debajo y no encima de los árboles es de lo mejor de ella.
Descatable es la incursión en el reparto de Jim Brown, uno de las primeras estrellas afro americanas de Hollywood, jugador del equipo de fútbol americano Cleveland Browns. Uno de los actores principales que dio pie a aquel movimiento blaxploitation de los años setenta.
“El rifle es chino, pagado con rublos rusos. El acero con el que se ha fabricado es de la Alemania del Este y se compró con francos franceses. Ha viajado hasta aquí en una línea aérea africana subsidiaria de una empresa estadounidense. Deja su cuerpo aquí. No está lejos de casa”
La música
Aspecto destacable es su banda sonora a cargo del francés Jacques Loussier, la misma que utilizó Tarantino para sus "Malditos Bastardos", un claro homenaje a la película. A la vez incluyó al propio Rod Taylor en el papel de Churchill.
El descenso a lo primitivo por parte del mercenario blanco está narrado de una forma excelente.
Otro acierto más de la película es su desenlace final y la posterior reacción de uno de los soldados congoleños, reprochándole al personaje de Rod Taylor lo que ha cometido. Otra barbarie más, otro acto vengativo que se ha asemejado al de sus propios enemigos.
Una secuencia que siempre recordaré, no obstante es la que siempre me ha acompañado desde que la vi en mi niñez, es la terrible imagen del vagón repleto de los ciudadanos rescatados. Desenganchado a causa de una explosión, vemos como retrocede de nuevo a la aldea, al infierno de los rebeldes en donde el vagón será masacrado.
Concebida a modo de western, los rebeldes serían los indios, el protagonista el vaquero y su amigo el indio bueno, y el tren sería los caballos por el desfiladero, el director inglés Jack Cardiff, logra una película muy peculiar y entretenida.
Un estupendo director de fotografía en grandes películas como "Narciso Negro" y "Las zapatillas Rojas" de Michael Powell y Emeric Pressburger, "La Reina de África" de John Huston, "La condesa descalza" de Mankiewicz, "Guerra y Paz" de King Vidor o "Los Vikingos" de Richard Fleisher entre otras.
Como director tuvo una carrera muy corta en donde destaca sobre las demás su colaboración con el maestro John Ford en "El soñador rebelde" (Young Cassidy. 1965)
Por último el título en español. Para variar nada que ver con el original, ni siquiera la palabra Katanga aparece en toda la película.
Al parecer hay una confusión histórica entre la que cuenta la película (La revolución Simba 1964-1965), y otra la de Katanga (1961-1964).
Supongo que los que ponen los títulos en español, tampoco saben de historia... Me quedo con el "Dark oh the Sun" un estupendo título para una película con un excelente ritmo, llena de inusitada violencia para su época y que afortunadamente no ha envejecido. Un clásico de los programas dobles.
Eran los finales de los setenta, principios de los ochenta, y asistíamos al cine con la mayor de las ilusiones, con la inocencia de la niñez. Allí nos empapábamos de todas las películas que nos ofrecían aquellos inolvidables Cines de Barrio. En concreto y en mi caso, mi querido y desaparecido Cine Babón.
Aquel mítico slogan.. "En continua desde las 4". Oh! Entrabamos y veíamos aquellas películas varias veces, incluso se podía entrar en cualquier momento, viendo el final y luego el principio, una maravillosa locura.
El caso es que ayer volví a ver una de aquellas míticas películas, de las que más recuerdo. La tengo marcada a rojo y fuego en mi memoria.
La recordaba mucho más violenta de lo que es, el caso es que hoy vista se ha quedado como una entretenidísima película llena de buenos momentos, una de las preferidas de Quentin Tarantino o incluso de ¡Martin Scorsese!
Con todos ustedes .... "El Último Tren a Katanga" (Dark of the Sun - The Mercenaries. 1968)
Es difícil comentar una película sin dejarse llevar por esta añorada nostalgia, pero el caso es que esta película está francamente muy bien.
Se podría englobar dentro aquel boom de películas bélicas de los finales de los sesenta como "Doce del patíbulo (Robert Aldrich. 1967)", "La brigada del diablo (Andrew V. McLaglen. 1967)" o "El desafío de las águilas" (Brian G. Hutton. 1969), entre otras. Pero el caso es, que la película de Jack Cardiff, se desmarca claramente del resto. No es un relato convencional, en ella podemos encontrar una película más dramática de lo habitual, una especie de descenso a los infiernos, al más puro Corazón de las Tinieblas de Conrad, una sobrecogedora mirada a la barbarie del ser humano.
El título original, el magnífico "Dark of the Sun" es muy apropiado para esta película dura, áspera y sin concesiones, repleta de estupendos diálogos.
La historia
Un grupo de mercenarios liderados por Curry (Rod Taylor) y con la compañía de su inseparable Rufo (Jim Brown), son contratados por el Presidente de la República del Congo Belga, en plena guerra civil, para rescatar a las personas de una aldea situada en pleno territorio rebelde. Pero en realidad, el verdadero interés es traer una caja fuerte llena de diamantes. Para ello utilizarán un tren cruzando la peligrosa selva...
Basada en una novela del escritor africano Wilbur Smith la acción de la película está situada en la República del Congo.
En este contexto brillan con luz propia dos hombres, el mercenario blanco, un profesional que también se preocupa de los suyos (no como las fuerzas de las Naciones Unidas, buena crítica la que vemos), y un nativo de allí, un idealista congoleño que cree en la recuperación de su país.
Sin olvidarnos de otros personajes como el de un oficial nazi (Peter Karsten), tan delirante como malvado, y del médico y héroe borrachín (Kenneth More), capaz de vender su vida por una caja de este licor o por salvar una vida humana.
Malditos Bastardos
En un momento de la película uno de los intérpretes pronuncia esta frase. ¿Os suena verdad? Tarantino tomó buena nota, incluso dicen que durante el rodaje de su película homónima la proyectaba muchos días a los miembros del rodaje.
Mercenarios, negros nativos, nazis, médicos borrachos de buen corazón, curas, francesas en medio de la selva (Yvette Mimieuax, que por cierto su presencia es más bien testimonial aportando poco a la historia), sangrientos asesinos rebeldes, etc. Todo cabe en esta película.
Repleta de acción, con momentos realmente duros y violentos. Muertes de niños, violaciones, mutilaciones, incluso cuenta con una singular pelea con una sierra mecánica.
Me gusta mucho como están construidos los personajes. Son muchos los momentos en donde los fantásticos diálogos se convierten en protagonistas, convirtiéndose estos un un discurso demoledor.
Las escenas entre el cínico Rod Taylor y su amigo, Jim Brown, son estupendas. El papel reflexivo de Brown es clave en la película. Aquel diálogo reivindicativo al derecho a vivir debajo y no encima de los árboles es de lo mejor de ella.
Descatable es la incursión en el reparto de Jim Brown, uno de las primeras estrellas afro americanas de Hollywood, jugador del equipo de fútbol americano Cleveland Browns. Uno de los actores principales que dio pie a aquel movimiento blaxploitation de los años setenta.
“El rifle es chino, pagado con rublos rusos. El acero con el que se ha fabricado es de la Alemania del Este y se compró con francos franceses. Ha viajado hasta aquí en una línea aérea africana subsidiaria de una empresa estadounidense. Deja su cuerpo aquí. No está lejos de casa”
La música
Aspecto destacable es su banda sonora a cargo del francés Jacques Loussier, la misma que utilizó Tarantino para sus "Malditos Bastardos", un claro homenaje a la película. A la vez incluyó al propio Rod Taylor en el papel de Churchill.
El descenso a lo primitivo por parte del mercenario blanco está narrado de una forma excelente.
Otro acierto más de la película es su desenlace final y la posterior reacción de uno de los soldados congoleños, reprochándole al personaje de Rod Taylor lo que ha cometido. Otra barbarie más, otro acto vengativo que se ha asemejado al de sus propios enemigos.
Una secuencia que siempre recordaré, no obstante es la que siempre me ha acompañado desde que la vi en mi niñez, es la terrible imagen del vagón repleto de los ciudadanos rescatados. Desenganchado a causa de una explosión, vemos como retrocede de nuevo a la aldea, al infierno de los rebeldes en donde el vagón será masacrado.
Concebida a modo de western, los rebeldes serían los indios, el protagonista el vaquero y su amigo el indio bueno, y el tren sería los caballos por el desfiladero, el director inglés Jack Cardiff, logra una película muy peculiar y entretenida.
Un estupendo director de fotografía en grandes películas como "Narciso Negro" y "Las zapatillas Rojas" de Michael Powell y Emeric Pressburger, "La Reina de África" de John Huston, "La condesa descalza" de Mankiewicz, "Guerra y Paz" de King Vidor o "Los Vikingos" de Richard Fleisher entre otras.
Como director tuvo una carrera muy corta en donde destaca sobre las demás su colaboración con el maestro John Ford en "El soñador rebelde" (Young Cassidy. 1965)
Por último el título en español. Para variar nada que ver con el original, ni siquiera la palabra Katanga aparece en toda la película.
Al parecer hay una confusión histórica entre la que cuenta la película (La revolución Simba 1964-1965), y otra la de Katanga (1961-1964).
Supongo que los que ponen los títulos en español, tampoco saben de historia... Me quedo con el "Dark oh the Sun" un estupendo título para una película con un excelente ritmo, llena de inusitada violencia para su época y que afortunadamente no ha envejecido. Un clásico de los programas dobles.
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