Primer plano de unas manos... en movimiento. Unos dedos tocan un imaginario piano. Estamos en la barra de un bar, es nuestro protagonista, un tipo cruel, sin escrúpulos, ¿sin sentimientos?
Esta escena resume a la perfección la excelente película que hemos visto. Es realmente fascinante como un tipo como este, puede llegar a impresionar con su "redención musical".
Esta escena resume a la perfección la excelente película que hemos visto. Es realmente fascinante como un tipo como este, puede llegar a impresionar con su "redención musical".
Jacques Audiard, es uno de los directores franceses más importantes de los últimos años.
Su descubrimiento fue a finales de los noventa con la muy interesante "Un héroe muy discreto" (1996), una historia de la segunda guerra mundial que combinaba el drama con la comedia. Pero sobre todo se ha dado a conocer con su mayor éxito, "Un profeta" (2009). Un drama carcelario, francamente interesante, muy denso y opresivo, que su excesivo metraje y una cierta reiteración en su planteamiento, hizo que no alcanzara la maestría que otros promulgaran.
Pero antes de este "profeta", y a la espera del estreno de su última "De rouille et d´os", presentada en Cannes con bastante éxito, Audiard dirigió lo que por el momento es su mejor película, "De latir mi corazón se ha parado" (2005)
Tras este título tan hermoso, (estrofa de una canción de Jacques Dutronc de "La fille du pére Noël") se esconde un remake de una buena película como es "Melodía para un asesinato" ("Fingers" - 1978) de James Toback.
Esta es la historia de un chico con unos negocios "sucios", violento, sin amor, con un padre que no le crea más que problemas, y sobre todo con un eterno conflicto interior.
Una especie de gangster de poca monta, que inesperadamente ve cambiar su mundo gracias al encuentro casual con el mentor de piano de su madre. Tras este hecho, recupera su pasión por la música y comienza su empeño por volver a tocar el piano. Una vuelta de tuerca que será acompañada de una profesora oriental, sus colegas de "empresa", escarceos amorosos y toda la violencia que encierra dentro de él.
El director realiza una estupenda película, rodada con unos magistrales planos secuencia, en donde la puesta en escena es espléndida. Muy realista y detallista, en donde los primeros planos, tanto de rostros y manos son uno de los mayores aciertos de la película.
Pero sobre todo, esta película es el actor protagonista, Romain Duris. Su interpretación es soberbia, tanto cuando deambula por el mundo de la especulación y violencia, como cuando se sumerge en otro mundo tan fascinante, como es el de las teclas negras y blancas de un piano.
Un tipo, un antihéroe que es muy antipático hacia el espectador, su forma de ser, su ética y moral, nos provoca un rechazo muy grande, pero a medida que avanza la película, empezamos a comprender todo lo que le sucede.
El director construye en Duris un ángel y diablo, un personaje al límite, inseguro, nervioso, sin escrúpulos, una persona real de carne y hueso.
Hay varios momentos, varios planos de Romain ciertamente asombrosos. Uno de los mejores, es después de su accidentada audición. Sale a la calle con sus inseparables cascos y respira, escucha la música y el mundo que le toca vivir.
O cuando se sumerge y se esconde en las teclas de su piano con su rabia contenida, la misma que utiliza para propinar palizas a los okupas de sus edificios.
Es interesantísimo el mensaje de la música como única vía de escape. Una experiencia que requiere mucha concentración, para poder controlar su furia y rabia contenida.
Muy interesante también es la relación paterno-filial que el director nos ofrece. Asistimos a momentos estupendos entre padre e hijo. Como la secuencia espléndida en la cual el padre le pide ayuda para cobrar a un moroso. Una explosión de violencia extraordinariamente construida.
El caos y destrucción como origen de la belleza y redención
El protagonista deambula entre dos mundos: el agresivo, el de su padre, y otro mucho más introspectivo y placentero como el de la música.
En definitiva una película excelente, en la cual todo funciona a la perfección, Con un ritmo impecable, sin dejar ni un solo tiempo muerto, con una gran factura visual.
Película llena de virtudes y de personajes inestables, rodeados de un entorno hostil que los pone a prueba constantemente. Muy recomendable.
Película llena de virtudes y de personajes inestables, rodeados de un entorno hostil que los pone a prueba constantemente. Muy recomendable.
Lo mejor: Romain Duris
Lo peor: El epílogo nos priva de haber disfrutado más de su historia.